PROTESTAS ESPONTANEAS ¿DE VERDAD?
No
hay duda que últimamente se ha desatado una ola de subversiones y
protestas en Latino América que tiene características muy parecidas en
sus objetivos con rasgos de premeditación que son difíciles de ignorar.
Con menos repercusión pública, la ola comenzó en septiembre en Haití.
Durante varias semanas, miles de haitianos se han volcado a las calles
para pedir la renuncia del presidente Jovenel Moise.
Las
denuncias sobre casos de corrupción y narcotráfico, por otro lado,
enardecieron a la sociedad hondureña, y una parte de esta se ha
movilizado en las calles para pedir que se vaya del poder el actual jefe
de Estado, Juan Orlando Hernández.
En
Ecuador, en este mes de octubre, estalló una protesta para exigir la
derogación de medidas económicas que incluían reducir el subsidio al
combustible, y tras varias jornadas violentas se alcanzó una salida
negociada entre el presidente Lenin Moreno y los movimientos indígenas.
La
subida de las tarifas del metro y otras alzas en servicios públicos
fueron el detonante para protestas sin precedentes desde que retornó la
democracia a Chile.
Un
caso aparte, a juicio de analistas, lo constituye Bolivia, que también
está envuelta en una ola de protestas, pero con un enfoque político
claro por la acusación de fraude contra el presidente Evo Morales en las elecciones del fin de semana.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA),
Luis Almagro, emitió un duro comunicado este 21 de octubre 2019
señalando la presunta responsabilidad de los regímenes de Venezuela y
Cuba en la ola de protestas en América Latina.
"Las
actuales corrientes de desestabilización de los sistemas políticos del
continente tienen su origen en la estrategia de las dictaduras
bolivariana y cubana, que buscan nuevamente reposicionarse, no a través
de un proceso de reinstitucionalización y redemocratización, sino a
través de su vieja metodología de exportar polarización y malas
prácticas, pero esencialmente financiar, apoyar y promover conflicto
político y social", sostuvo Almagro.
En
relación con el papel de Venezuela en esta coyuntura de protestas,
algunas con un carácter claramente violento y destructivo, los voceros
de Caracas parecen contradecirse.
Desde Moscú, el 17 de octubre de este año,
el número dos del régimen venezolano, Diosdado Cabello, descartó que la
mano de Venezuela estuviese detrás de los sucesos de Haití y Ecuador.
Tres
días después, en Caracas, Nicolás Maduro lanzó un menaje críptico al
referirse a las protestas. "Foro de Sao Paulo, el plan va en pleno
desarrollo. Vamos mejor de lo que pensábamos. Todas las metas que nos
hemos propuesto en el Foro de Sao Paulo las vamos cumpliendo una por una. No puedo decir más. Secretos de 'superbigote'", dijo.
El Foro de São Paulo es un foro de partidos y grupos de izquierda latinoamericanos, desde reformistas hasta colectividades políticas de izquierda revolucionaria, fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil en São Paulo en 1990.
· 111 partidos y organizaciones politicas de la Latinoamericana
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Objetivo
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Profundizar
el debate y procurar avanzar con propuestas de unidad de acción
consensuadas socialistas en la lucha antiimperialista y popular,
promover intercambios especializados en torno a los problemas
económicos, políticos, sociales y culturales que la izquierda
continental enfrenta
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Países gobernados por partidos miembros (color rojo) del FSP en 2019
Sectores
conservadores en Venezuela, donde se debate intensamente sobre la
influencia o no de Maduro en este proceso, le adjudican un peso mayor al
Grupo de Puebla —de reciente creación por iniciativa del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador— que al Foro de Sao Paulo.
Lo
que se busca, en realidad, es desestabilizar sistemas democráticos,
minar la democracia", opina desde Caracas el ex director de la Escuela
de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela,
Félix Arellano.
"No
hay pruebas de que el Foro de Sao Paulo, por ejemplo, esté detrás de
esta ola de protestas, pero si uno lee todas las declaraciones de este
foro se da cuenta de que un punto coincidente es su disposición a poner
fin, a destruir gobiernos que ellos llaman neoliberales. En esas
declaraciones no hay una preocupación por la democracia y los derechos
humanos", comenta Arellano .
Arellano
recuerda que "la protesta social es un derecho en democracia, pero no
así la protesta destructiva, aquella que acaba con infraestructura
pública o privada, aquella que destruye servicios públicos o que
promueve saqueos".
El
Partido Comunista Cubano no ha cejado desde 1959 y desde La Habana en
propagar el establecimiento de regímenes comunistas en Latino América.
Ese pensamiento y su ejecución fue plasmada por Ernesto Guevara con su
intentona de subversión en Bolivia ya cuando había expresado con
anterioridad sus intenciones en un mensaje a la Organización de
Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y Latino América publicado en
su magazine “Tricontinental” al decir: “ Cread dos, tres…muchos
Vietrnams, esa es la consigna” .
FIN
Referencia: “Diario de Cuba” Edicion Octubre 24, 2019.
https://diariodecuba.com/