Sociedad Bastiat

lunes, septiembre 29, 2014

EL PAÍS ESTÁ SIENDO ARRUINADO DELIBERADAMENTE:




 

Buenos Aires
29 de Septiembre del año 2014 - 1294
   YA LO HIZO EL “CHE” EN CUBA

Como todos pueden ver y hasta la prensa lo proclama, la política económica de la tiranía es ruinosa.

La inflación es el fruto de una emisión monetaria desmelenada; la industria cae porque le faltan insumos importados y eso porque el mini-ministro de economía, el marxista Kiciloff, ha ordenado que no se autorice la venta de dólares a las empresas; el país ha dejado de cumplir con su deuda internacional, inclusive después de extorsionar y estafar en el 2005 a los acreedores mediante la actuación rufianesca de Kirchner y Lavagna en Dubai (¡pensar que hoy Lavagna se presenta como opositor!).

El famoso "default" de ahora (que en buen castellano quiere decir "mora deliberada y confesa") y las innumerables provocaciones de la usurpadora presidencial y de su mini-ministro de economía contra el Juez Griesa (que es menos fiero de lo que lo pintan, como puede verse por las largas que le da al asunto) nos pone fuera del comercio y de la normal financiación bancaria de una simple carta de crédito.

Las restricciones a la exportación de carnes y cereales, totalmente absurda, que nos ha hecho perder clientes tradicionales de nuestros únicos productos exportables y perjudica al campo, fuente nuestros ingresos en divisas, son un disparate total.

La presión impositiva intolerable, pesada como una lápida, lleva a la quiebra o a la evasión (forzada e inimputable) a todos los que quieren trabajar a la luz del día.

La legislación laboral se ha convertido en un arma extorsiva contra los empleadores de tal manera que fundar una empresa y tomar empleados y obreros es más o menos lo mismo que suicidarse económicamente.

Los subsidios pagados por el Estado a los que no trabajan, ni quieren trabajar, son un instrumento de soborno a las masas descreídas y malevolentes.  Pero no se los pagan a los que tienen la dignidad de no pedirlos, aunque no tengan trabajo porque no hay empresas ni gente con plata que los contrate.

A todo esto se agrega la insolencia tiránica que pretende tirar a la basura el Código Civil, obra maestra de Velez Sarsfield, y substituirlo por otro redactado por el descarado Lorenzetti, Presidente de la Corte Suprema y cómplice de las atrocidades cometidas en nombre de los "derechos humanos", y ese cambio total de la legislación civil es un cambio total en la convivencia civilizada.

El estúpido cierre del mercado libre de cambios clausura las fronteras del país y sólo llegan turistas porque hay cierta tolerancia con el “mercado negro”, pero aún con eso, según noticia de hoy, quieren acabar motivo por lo cual nadie vendrá a un país que les roba a los incautos que vengan su moneda fuerte mediante un cambio oficial que es totalmente irreal.

La salida del país es cada vez más difícil. Ahora quieren exigir respuesta a un interrogatorio de 32 preguntas ofensivas y de mala intención a toda persona que pretenda dejar este castigado suelo.  

Todo esto es tan obviamente ruinoso para el país (menos para los funcionarios de "la cámpora" y sus cómplices de una clase media surgente por falta de moral que, misteriosamente, se enriquece cada vez más) que no puede ser causado por ignorancia o torpeza de los tiranos: sostuve y sostengo que está siendo hecho deliberadamente y que forma parte del plan para destruir lo que queda de la Argentina tradicional e instaurar un Estado comunista.

La vía hacia el comunismo en Iberoamérica es la vía de la miseria. Fue la que usó Castro en Cuba, con siniestro éxito, y la que intentó usar Allende en Chile durante los años 70, felizmente fracasada.

No es un error del kirchnerismo: el país está siendo arruinado a propósito.

Acabo de recibir una carta de un buen amigo cubano, exilado, que me cuenta una anécdota sumamente ilustrativa para probar mi tesis.  La carta dice así:

"Acerca de la política de destrucción que dices se está practicando en la Argentina, tienes toda la razón. Te cuento una anécdota personal de un encuentro con el "Che".

"Trabajaba yo recién graduado en el 59 en el despacho del que sería mi suegro. Entre los clientes figuraban los industriales de conservas de Cuba una industria muy floreciente que envasaba tomate etc. El sarnoso "Che" era presidente del Banco Central. Dictó una resolución que fundía a la industria que importaba ciertos insumos, mayormente lámina acero para latas.

"Me mandaron acompañar una delegación de la industria que tenia cita con el mugriento (el "Che"). Dije que era perder el tiempo. "¡Vaya no más!". Fuí. Nos recibió con las patas en la mesa, en un despacho ultra frío, con dos perros-policía a cada lado de su escritorio y el jefe de la Seguridad parado atrás de él, ostentando un gorro de cosaco ruso. "Mis en scéne" bien montada.

"Dije para mi, "tenia yo razón, a pesar de ser el mas inexperto. Aquí no hablo yo pues pierdo el tiempo". Presenté al Presidente de la Compañía. Expuso lógicamente su posición y explicó que la decisión tomada por el Banco Central, o sea por él mismo (el "Che"), llevaba al cierre de la industria. Respuesta del mugriento apestoso ("Che") (era cierto que no se bañaba) "TIENE UD TODA LA RAZON, lo hacemos para que quiebre."

"Yo acerté porque no tenia ideas fijas y antiguas. En Argentina muchos no entienden por eso mismo: el síndrome de que todo se arregla … lo hemos visto antes. Y es falso."

La anécdota es absolutamente auténtica. Saque Ud. sus conclusiones. Yo, por mi parte, les ruego a los "economistas serios" que se ahorren el trabajo de probar que esta "política económica" está equivocada, y a todos, que dejen de decir que la ruina económica producirá la caída de la secta neo-comunista que hoy se sirve del kirchnerismo para sus planes.

El problema es político, no económico, y consiste en acabar con la tiranía, por la vía constitucional del art. 36 de la Constitución (versión 1994) antes de que la tiranía nos sumerja en el comunismo. La ruina económica no nos ayuda: nos hunde en la esclavitud política y pretender que con buenos consejos se recuperará la economía y con eso, la libertad, es una ilusión lamentable.  

Cosme Beccar Varela